sábado, 21 de febrero de 2009

RECUPEREMOS LA MAGIA

RECUPEREMOS LA MAGIA querés comprobar que la magia existe?entrá a este mundo de hadas,dragones,duendes,que te convertirán en el niño que alguna vez fuiste y que no dudaba de la existencia de su "MUNDO MÁGICO",donde todos los sueños son posibles...dale!animate!

MAS HISTORIAS DE DRAGÓN

Bendición de Dragón

Que las lluvias que te mojen sean suaves y  cálidas.
Que el viento llegue lleno del perfume de  las flores.
Que los ríos te sean propicios y corran  para el lado que quieras navegar.
Que las nubes cubran el sol cuando estés  solo en el desierto.
Que los desiertos se llenen de árboles  cuando los quieras atravesar. O que  encuentres esas plantas mágicas que  guardan en su raíz el agua que hace
Que el frío y la nieve lleguen cuando  estés en una cueva tibia.
Qué nunca te falte el fuego.
Que nunca, te falte el agua.
Que nunca te falte el amor.
Tal vez el fuego se pueda prender.
Tal vez el agua pueda caer del cielo.
Si te falta el amor no hay agua ni que  alcancen para seguir viviendo.

Maldición de Dragón

Que tengas comida hasta estar harto  todos los días de tu vida. Y que vivas  muchos años. Que nunca te falten ni el  agua ni la luz. Que los senderos sean  suaves cuando los camines. Que las  espinas se aparten de tu lado. Que tus  enemigos te dejen pasar sin atacarte. Que  ningún dolor te hiera en el costado. Que  nadie te lastime a traición. Que nadie te  ofenda ni siquiera con un gesto. Que  tengas todo lo que se pueda desear, por  largos, larguísimos años.
Pero que te falte el amor.

DRAGÓN.Gustavo Roldán

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MIRADA,AMOR Y BAILE DE DRAGÓN

Mirada de Dragón

Aunque los dragones saben mucho, siempre tienen una mirada llena de asombro. Se asombran de las cosas que no conocen y de las cosas que conocen. A todo lo que conocen lo miran con ojos nuevos cada día y, si la mirada es nueva, las cosas son diferentes. Entonces se sorprenden de que haya tantas cosas nuevas en el mundo y les parece hermoso conocerlas.—¡Qué hermosa flor! —dice un dragón negro.—¡Muy hermosa! —contesta otro—. Es parecida a la que estaba ayer en este lugar.—Sí, pero la que vimos ayer era cuando el sol estaba alto; ésta, con un sol de atardecer, me parece más hermosa.—¡Qué hermosa flor! —dice el mismo dragón al amanecer del día siguiente.—Sí —contesta el otro—. Muy parecida a otra que ya vimos. Pero con los rayos del sol del amanecer ésta es más linda.Y vuelan hasta las montañas más altas, ésas donde las nieves están desde el primer día del mundo, contentos por haber descubierto una flor nueva. Entonces un dragón le dice al otro:—¡Qué hermosa montaña! ¡Tiene toda la nieve del universo!Y los dos sobrevuelan en grandes círculos el pico de esa montaña que acaban de descubrir y que ya sobrevolaron mil veces.


Amor de Dragón

Cuando los dragones se aman se desatan los maremotos, los volcanes lanzan un fuego endemoniado y los huracanes largan una furia que hace pensar que ha llegado el fin del mundo. Por eso a veces, para amarse sin molestar a nadie, vuelan hasta el cielo más alto, donde las estrellas casi están al alcance de la mano.Y los dragones creen que el mundo queda en calma. pero se equivocan. Entonces caen rayos y centellas, el cielo parece desplomarse con truenos aterradores, las estrellas fugaces y los cometas de largas colas luminosas corren de un lado para el otro sembrando el pavor, y los tornados enfurecidos se tragan medio mundo.O la luna o el sol parecen borrarse lentamente en el cielo y todos dicen que hay un eclipse, dando minuciosas explicaciones de cómo la tierra se coloca entre el sol y la luna o la luna delante del sol y etcétera etcétera. Vanas explicaciones. Las dicen los que nunca miran bien. Si mirasen bien verían claramente la figura de dos dragones que se aman y que van tapando la luz de los astros según se acerquen o se alejen. Cada vez que alguien piense que está llegando el fin del mundo sólo tiene que abrir los ojos de mirar bien. Los ojos grandes de mirar lejos. Y no creer en tonteras. Pero eso no es nada fácil.


El baile de las sombras

—Quiero pelear, dragón —dijo la dragona.El dragón no contestó nada. Simplemente voló, convertido en mariposa.—Las golondrinas pueden comer una mariposa —dijo la dragona, y voló convertida en una golondrina.Golondrina y mariposa subieron y subieron, y cuando la golondrina ya casi mordía el ala de la mariposa, la mariposa se convirtió en halcón.—Los halcones pueden comerse a una golondrina —dijo el dragón.—Las golondrinas vuelan más rápido —dijo la golondrina haciendo un giro en el aire y colocándose encima del halcón para picotearle la cabeza.El halcón se lanzó en una violentísima caída y se metió entre las ramas de un árbol.La golondrina bajó hasta el árbol, pero allí no había ningún halcón.—Te escondiste, dragón —dijo la golondrina—. Igual te voy a encontrar. La dragona miró rama por rama, buscando alguna oruga que pudiese ser el dragón. Miró rama por rama, y no se dio cuenta de que una rama se movía y se acercaba lentamente hacia ella. Cuando vio a la serpiente abriendo su enorme boca ya era tarde para escapar.Y la serpiente mordió, pero mordió la cáscara de una tortuga. La tortuga se convirtió en ratón y saltó al suelo. La serpiente se convirtió en un águila que voló hacia el ratón, pero cuando llegó al suelo casi choca con un jabalí de inmensos colmillos.Un jabalí es demasiado para un águila, no para el puma que rugió mientras saltaba. El salto del puma terminó en el aire vacío. Allí no había nada. Nada más que una hormiga que se metía rápidamente en un profundo agujerito del tamaño de una hormiga.—Para una hormiga, nada mejor que un oso hormiguero —dijo el puma que ya no era puma sino oso hormiguero, mientras metía su larguísima lengua buscando a la hormiga.Y la encontró, y la hormiga salió pegada en la lengua del oso hormiguero.—Me ganaste, dragón —dijo la hormiga convirtiéndose otra vez en dragona—, y ahora me puedo comer a un oso hormiguero que debe ser muy sabroso.Pero el dragón otra vez era dragón.—Bueno, basta —dijo el dragón—. Me cansé de pelear.—Fue divertido —dijo la dragona— Te viste en apuros más de una vez.—Bah, lo hice para dejarte contenta, pura amabilidad de mi parte.—¿Sí? —dijo la dragona—. Lo que pasa es que no te gusta perder.—Dragona, me estás provocando. No me queda más remedio que invitarte al baile de las sombras.-Eso me gusta más. Bailemos, dragón, bailemos el baile de las sombras.Y los dos dragones se elevaron mirando sus sombras. Las sombras eran enormes y llenaban de oscuridad la tierra. Subieron y subieron, hasta que sus sombras en el suelo se veían apenas del tamaño de las sombras de una paloma.Entonces giraron en el aire y las sombras giraron en la tierra, moviéndose muy lentamente. Y se juntaron los dragones en el aire y se juntaron las sombras en la tierra. Y juntaron las cabezas y en la tierra apareció la sombra de una mariposa. Y juntaron ala con ala, cola con cola, un ala sobre otra ala, y en la tierra fueron apareciendo diferentes figuras de animales conocidos y de animales desconocidos.Y bailaron el baile de las sombras hasta que el sol dejó de alumbrar desde arriba, porque el baile de las sombras sólo se puede bailar cuando el sol está en lo más alto del cielo.Cuando bajaron, todo el campo estaba cubierto de flores. Tal vez porque el baile de una pareja de dragones, necesariamente, tiene que hacer que todo el mundo se llene de flores.

Gustavo Roldán

viernes, 20 de febrero de 2009

SUEÑOS DE DRAGÓN.Una belleza escrita por Gustavo Roldán.

A los dragones les gusta soñar. Les gusta porque sueñan cosa cosas hermosas. Los sueños de los dragones no son como los otros sueños, un humo que se va. Son sueños que van tomando forma hasta que se los mira y se los ve de cuerpo entero. Si un dragón sueña con un árbol enorme, lleno de flores, cuando se despierta encuentra a su lado un lapacho un ceibo o un jacarandá. Si sueña con mariposas, apenas abre los ojos ve un mundo de mariposas con alas doradas,con alas azules, con alas de todos los colores revoloteando por el monte. ¿Cómo, si no fuera por los sueños de un dragón, podríamos entender que de repente aparezcan millares de golondrinas en el cielo? ¿Cómo podríamos explicarnos que de un día para otro el campo se llene de flores rojas? ¿Cómo podríamos entender que de la nada salga un arco iris? ¿De dónde aparece un sol radiante en medio de la lluvia? Sólo se explica por el sueño de un dragón. Y los dragones quedan contentos con sus sueños, porque saben que producen cosas hermosas. Una vez un dragón tuvo una pesadilla. Soñó con una espantosa serpiente de siete cabezas,horriblemente perversa, que quería destruir el mundo entero. - ¡Odio las flores!- dijo una de las siete bocas. - ¡Odio los pájaros!- dijo otra mostrando los colmillos repletos de veneno. - ¡Odio los monos!- dijo una tercera cabeza. - ¡Los mataremos a todos!- dijo otra. - ¡Los mataremos y los comeremos!- rugió la quinta. - -¡A los monos y a todos los animales del mundo! - ¡Y los comeremos y los comeremos y los comeremos!- dijo la séptima. Entonces se despertó el dragón y alcanzó a ver las siete cabezas que se perdían a la distancia buscando monos y pájaros y flores y a todos los animales del mundo para matarlos y comerlos. -¡Qué hice!- se asustó el dragón. Pero no había tiempo para lamentos, y corrió por el sendero marcado por la serpiente donde no quedaban ni rastros de flores ni de animales. El dragón voló y pasó por arriba de la serpiente y bajó cortándole el camino. -¡Qué lindo dragón!- dijo una cabeza. -¡ Lo mejor para comenzar a comer!-dijo la segunda. La tercera no habló. Ya había estirado su cuello con la velocidad de una centella hacia el cuerpo del dragón. Fue un movimiento casi invisible por la rapidez, pero el dragón ,que sabía con quien estaba soñando, ya no estaba en ese lugar. -¡Así me gusta! –dijo otra cabeza. -¡Qué bien que pelea! -¡Así nos podemos divertir! -¡Sólo matar y comer es aburrido! -¡Lo mejor es pelear! -¡Pelear y matar y comer! Y la serpiente atacó largando mordiscones para un lado y para el otro. El dragón se las veía negras tratando de golpear con sus poderosas garras alguna de esas cabezas que nunca estaban en el lugar donde llegaba el golpe. Apenas logró en un momento rozar a la serpiente con las garras y sacarle una escama del cuerpo. Apenas una escama que voló y cayó a lo lejos. Entonces probó con el fuego. Nada en el mundo podía resistir el fuego de un dragón. Dio un paso para atrás, resopló, y largó la llamarada roja más grande que nunca hubiera largado un dragón.Un fuego espantoso, largo, oscuro, que recorrió todo el espacio donde estaba la serpiente. Ardieron los árboles de alrededor y la tierra despidió un humo espeso, enrojecida por el calor. El dragón miró el humo que comenzaba a borrarse, buscando los restos de la serpiente,y se distrajo. Cuando se dio cuenta del tremendo salto de la serpiente,ya estaba envuelto en sus poderosos anillos. Las siete cabezas gritaban y reían y giraban enloquecidas. -¡Dragón estúpido! ¿No sabías que no hay nada que nos guste más que el fuego? -¡El fuego nos entusiasma como ninguna otra cosa! El dragón tiraba tremendos golpes, pero las cabezas siempre estaban en otro lugar, y los anillos de la serpiente apretaban cada vez más. Entonces el dragón voló, voló hasta muy arriba, cerca de las estrellas, donde el frío es como el espanto y todo se convierte en un hielo de muerte que sólo aguantan los dragones. -¡Eso, un poco más alto! Después del fuego no hay nada que nos guste más que el frío! gritaron las siete cabezas. Entonces el dragón bajó, bajó como una flecha, se zambulló en el medio del río, en esa zona profunda donde no llegan ni los peces. Así ahogaría a la serpiente. -¡Eso, eso!- gritaron las siete cabezas -. Nada nos gusta más que estar bajo el agua. Pero después queremos otro poco de fuego. La serpiente seguía enroscada en el dragón. Siete días y siete noches volaron, lucharon, cayeron, nadaron, subieron, bajaron,siempre como un solo cuerpo. Sin descansar. Al final, en un descuido de la serpiente, el dragón logró escapar de sus anillos. Pero ya no sabía qué hacer. Había probado todas sus argucias y había usado toda su fuerza de dragón, pero la serpiente parecía invencible. -¡Nos estamos divirtiendo como nunca!-gritaron las siete cabezas. -¡Jamás nos había pasado algo tan hermoso! ¡Te queremos, dragón! ¡Que esta pelea no se acabe en mucho tiempo! -¡Nos aburren las peleas tontas con animales tontos! -¡Queremos pelear, pelear y pelear! -¡Ataca de nuevo, dragón! ¡Te estamos esperando! El dragón retrocedió un poco. -¡Estás escapando, dragón cobarde! El dragón pensó en volar, volar muy alto y muy lejos, y olvidarse para siempre de esa serpiente. Pero entonces ella mataría a todos los animales. No había caso. Escapar no servía. Pero si…quizás sí podría servir… El dragón voló hacia lo alto. Subió y subió, burlándose de la serpiente, mientras las siete cabezas lo llenaban en insultos. Y legó hasta el lugar más alto, arriba de todas las nubes y las sombras Entonces planeó en círculos. En grandes círculos, dejándose llevar por el viento. Y allí, mientras planeaba, cerró los ojos y se durmió. Ya sabía lo que tenía que soñar. Y soñó. Soñó con pájaros y flores, soñó con ríos crecidos, soñó con el arco iris, y cuando en medio del sueño apareció la serpiente de siete cabezas que peleaba enloquecida de furia, se dio vuelta en el aire para borrar su sueño. Porque los sueños se borran si uno se da vuelta para el otro lado mientras está soñando. La serpiente se borró. Se borró de golpe, sin dejar ningún rastro de serpiente. Entonces el dragón abrió los ojos. Estaba cansado, pero voló muy rápido para volver a ver el sitio de su pelea. El lugar estaba como antes. Como siempre. Estaban los árboles y las flores. Estaban las mariposas y los monos. Y no había rastros de la serpiente. Ningún rastro de la pelea. Apenas una escama que brilla y no brilla en el suelo.